Somos una iglesia de sana doctrina que predica la Palabra de Dios a tiempo y fuera de tiempo. Creemos que la guía que nuestro Dios nos ha dejado la cual nos lleva al cielo es LA BIBLIA, las Sagradas Escrituras; que la misma es la Palabra de Dios y que fue totalmente inspirada por el Espíritu Santo y que no contiene errores ni se contradice en ella misma y que es la autoridad final en todo asunto relacionado a la fé. Creemos que el único y solo Dios es espíritu y eterno, Creador del universo y que se ha declarado como “el gran YO SOY”. Que Dios es perfecto en santidad, amor, justicia, misericordia y bondad y que sus atributos son omnipotente (que todo lo puede), omnisciente (que todo lo sabe) y omnipresente (que está en todo lugar). Que Dios es manifestado en tres personas: EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPIRITU SANTO.
Gen. 1:1;Ex. 3.14; 34:6; Deut.6:4; I Rey. 8:27; Neh. 9:6; Sal 90:2; 103:8; 116:5; 147:5; Is. 6:3; 40:28; 57:15; Jer. 23:23,24; Mal. 3:6; Mt. 28:19; Juan 4:24; 14:16; Hech. 17:28; I Cor. 8:4; II Cor. 13:14; Col. 1:17; I Tim. 1:17; He.1:17; II Ped. 3:9; I Juan 4:10-16.
Creemos en la deidad del Señor Jesucristo, en su eterna generación por parte del Padre como único Salvador, Redentor y Mediador entre Dios y el hombre; en su encarnación, por el cual fue concebido por el Espíritu Santo y nacido virginalmente, uniendo de este modo la naturaleza humana y la divina en su plenitud, en la persona única de Jesucristo; en su vida sin pecado y sus obras milagrosas, en su muerte vicaria para hacer la expiación por los pecados del mundo; en su resurrección corporal y ascensión a la mano derecha del Padre; en su poder soberano y señorío, en su ministerio presente de mediador como abogado del creyente; en su inminente venida en poder y gloria.
Isaías 53:6; Mt. 28:18-20; Lucas 1:35; Juan 1:1,14,18; Hech. 2:22,24-32; Rom. 1:3,4; 8:34; II Cor. 5:18,19; Ef. 1:19-22; Col. 3:4; Tito 2:13; He. 1:8; 4:15; 7:25; I Pedro 1:18; 22,24; 3:18; I Juan 2:1,2.
Creemos que el Espíritu Santo, la Tercera persona de la Trinidad, procediendo del Padre y enviado por el Hijo, es una persona divina. Su oficio y ministerio es el de convencer al mundo de pecado, de justicia y de juicio, regenerar a quien se arrepiente de sus pecados y cree en el Señor Jesucristo, santificar y llenar con poder, enseñanza, guía y consuelo al creyente. Las Escrituras revelan que el trabajo del Espíritu Santo en la Iglesia es el de unir a los creyentes al cuerpo de Cristo, poseerlos como templo de Dios, equiparlos con dones y la gracia para el servicio, brindándoles el cuerpo de la verdad revelada e impartiéndoles el espíritu de iluminación y guía en toda verdad hacia la voluntad de Dios.
Mt. 28:19; Luc. 24:49; Jn. 3:5-6 14:16-18,26; 15:26; 16:7-14; Hech. 1:8; 2:1-4; 13:2-4; 15:28; Rom. 12:6-8; I Cor. 2:10-12; 6:19-20; 12:4-11; 12:13; II Cor. 6:16; 13:14; Gal. 5:22,23; Ef. 2:21,22; II Tes. 2:13; Tito 3:5; I Pedro 1:2; I Juan 2:20-27
Creemos en el arrebatamiento de la iglesia por nuestro Señor Jesucristo antes de la gran tribulación en donde el Anticristo tomará control del mundo. Que la iglesia que agrada a Dios será librada de la hora grande y terrible que vendrá sobre la tierra como lo prometió el Señor en 1 Tesalonicenses 4:16-17 y Apocalipsis 3:10:
1 Tesalonicenses 4:16-17
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”
Apocalipsis 3:10
“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.”